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Capitales de Centro Europa

Cracovia, Praga, Bratislava, Budapest


Diario del viaje.

 

Lunes: 19 de Noviembre: Valencia - Madrid - Cracovia

Madrugamos un poco y con un taxi nos vamos Amparo, Luis, Vicente y yo a la estación del AVE. Allí nos encontramos con otro de los participantes del viaje, José Luis.
Nos toca en vagones separados.
Al llegar a Madrid tomamos un taxi con un poco de barullo entre los que esperan y los propios taxis.
En el Aeropuerto no podemos facturar todavía las maletas y nos sentamos en una cafetería a almorzar un buen bocata de jamón ibérico. Mejor prevenir que luego nos darán poco de comer en el avión. Después nos damos una vueltecita por las tiendas y aprovechamos por hacer una primitiva por si hubiera suerte.
Cuando ya abren el mostrador de facturar nos reunimos con dos matrimonios que viven en Madrid, Conchita y Agustín y Salmi y Elías, así como el guía acompañante Vicente.
Facturamos y ya después de los trámites consiguientes revisamos las tiendas más próximas a la puerta de embarque.
El mundo es un pañuelo y resulta que Agustín, que es general del Ejercito del Aire, conoce a algunos amigos comunes del cuerpo y además Conchita, su mujer es amiga de Conchi, amiga nuestra de Jávea que también vive en Madrid.
Embarcamos un poco más tarde  y enseguida nos dan para comer un bocadillo grande y una barrita de chocolate y galleta. Tenemos un buen vuelo.
Llegamos a Varsovia y enlazamos con otro avión hasta Cracovia, que sale con retraso pero durante el vuelo recupera algo de tiempo.
El aeropuerto de Cracovia es pequeño, como una nave industrial. Está muy limpio. Allí nos espera el guía que se llama Marcin.
Una vez en el autobús nos dirigimos directamente al restaurante Jarema. Es muy coqueto y muy entrañable, con velitas y manteles de flores y de ganchillo. Las camareras van vestidas con unos vestidos típicos largos de florecitas. Hay un pianista y un violinista tocando música durante la cena y después, sabiendo que somos españoles, nos tocan alguna pieza de música española y el Viva España.
De primero nos sirven una sopa de setas en un pan especial vaciado que está muy rica.
En los alrededores está la Iglesia de San Florián, segundo destino del que fue Papa Juan Pablo II después de ordenarse sacerdote desde 1949 hasta 1951.
Su origen se remonta al siglo XII. Fue destruida en varias ocasiones y restaurada. Hoy en día es de estilo barroco desde hace 300 años. Guarda las reliquias del santo y suena la música de las campanas cada hora.
También muy cerca está la Barbacana. Es una fortaleza redonda, resto de las fortificaciones medievales de la ciudad, que se construyó en los tres últimos años del siglo XV para defenderse de los turcos por el rey Juan Alberto. Defendía la puerta de San Florián con la que estaba comunicada por un pasadizo subterráneo. Tiene 7 torres, 130 aspilleras (ventanas para disparar los cañones), con unos muros de tres metros de grosor. Su diámetro interior es de casi 25 metros. Antiguamente estaba rodeado por un gran foso de 25 metros.
Es el edificio mejor conservado de Europa de esta clase.
Justo frente al restaurante se encuentra el Monumento de Conmemoración de la Batalla de Grundwald que fue en 1410 contra la Orden de lo Teutones. Para conmemorar esta fecha se erigió este monumento 500 años después. En la parte superior se encuentra la figura a caballo del rey Wladislaw Jagiello obra de Antoni Wiwulski. Fue destruido por los nazis en 1939 y vuelto a inaugurar, ya reconstruido, en 1976. A su lado está la tumba del soldado desconocido.
Después de cenar nos dirigimos al Hotel Park Inn. Estamos cansados y nos vamos a dormir.

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Martes: 20 de Noviembre: Cracovia-Wawel-Wieliczka-Santuario Divina Misericordia

Es la capital del “voivodato” de Pequeña Polonia y la 2ª ciudad en importancia del país pero la primera en recibir turismo. Cuenta con 800.000 habitantes y en  el área metropolitana hay unos 2 millones de habitantes. Se encuentra en los márgenes del rio Vístula.
Desde el año 1978 es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el año 2000 fue Capital Europea de la Cultura.
Los primeros vestigios se encontraron en la Colina de Wawel, de la Edad de Piedra.
Su nombre deriva del legendario Krakus, fundador de la ciudad y gobernante de la tribu de los polacos desde 1190 aunque ya hay noticias de la ciudad en el siglo VII.

El primer escrito de la ciudad es de 966  realizado por un viajero sefardí. Antes de 992 ya  pertenecía al Reino de Polonia.
En el año 1000 era sede de un obispado y en 1038 ya era la capital del reino, estableciendo su gobierno en la colina de Wawel.
En el siglo XI era ya un importante centro de comercio con la dinastía de los Piastas. Comenzaron a construir edificios de ladrillo.
La ciudad fue destruida en tres ocasiones en el siglo XIII por los tártaros. En 1257 Boleslao el Casto le otorgó la carta de municipalidad con lo que resurgió poco a poco alrededor de la colina de Wawel.
En 1364 Casimiro III de Polonia, el último rey perteneciente a la dinastía Piast, fundó la Universidad de Cracovia, siendo la segunda de la Europa Central, detrás de la de Praga. Siguió creciendo con la dinastía de los Jogalia. Fue capital de un estado poderoso y miembro de la Liga Hanseática, atrayendo a multitud de artesanos, negocios y gremios, con lo que a su vez se comenzó el desarrollo científico y de las artes. Se realizan grandes inversiones en iglesias y edificios civiles góticos durante los siglos XIV y XV.
En 1396 Jagiello, príncipe de Lituania se convirtió en rey de Polonia, convirtiendo a Cracovia al catolicismo.
En el siglo XVI se intensificaron las corrientes renacentistas aplicando sus directrices en la reconstrucción de edificios  en ese estilo. Se reconstruyó el castillo real de Wawel, el centro de la ciudad y muchos edificios particulares
En 1596 decayó su poder al perder la capitalidad a favor de Varsovia en 1609 con Segismundo III. Pero se siguió coronando y enterrando a los reyes en Wawel.
En el siglo XVII fue atacada por los suecos.
En el siglo XVIII pasó a manos del Imperio Austro-húngaro. Durante la 1ª partición de Polonia en 1772 quedó bajo el control austriaco hasta el fin de la 1ª Guerra Mundial, que volvió a pertenecer a Polonia. A pesar de ello no perdió su relativa autonomía. Se convirtió en la capital espiritual de los polacos.
En el Congreso de Viena de 1815 la ciudad y su entorno formaron la Ciudad Libre de Cracovia, pero en 1846 fue anexionada a Austria y a su imperio, perdiendo su libertad. A pesar de ello se convirtió en el principal centro cultural polaco.
En 1917, durante la 1ª Guerra Mundial Cracovia se transformó en la sede de un Cuartel General del ejército alemán.
Durante las dos guerras mundiales no sufrió grandes daños y en 1978 fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Tiene una gran relación con el Papa Juan Pablo II ya que aquí estudió en el seminario, en la universidad, inició su camino pastoral y siempre ha estado muy ligado a su historia.
Tras dar una vuelta con el bus por la ciudad nos encaminamos al centro. A la salida de la ciudad aun existe la fábrica de Schindler, que salió en la película de Spielberg “La lista de Schindler”.
Pasamos por una enorme plaza convertida en una rotonda que en su parte inferior han encontrado los restos de una fortaleza austro-húngara para defender la ciudad de los ataques turcos.
Bajamos del bus y nos encaminamos a la Universidad Jagellona. Está en lo que era el barrio judío de Cracovia. Atravesamos un parque y llegamos a la Iglesia de Santa Anna con una imponente fachada barroca con dos torres. Se construyó en el siglo XVII y XVIII.
El edificio más antiguo que se conserva de la universidad es el Colegio Maius. Esta universidad se creó en 1364 fundada por Casimiro el Grande. La reina Jabiga legó todos sus bienes a la Academia en 1399.
Lo que vemos ahora es la restauración que se hizo en el siglo XIX en un estilo romántico, aunque se conserva la estructura gótica del edificio. Por este claustro se paseó Copérnico cuando era estudiante. Hoy en día es un museo y una gran biblioteca.
De esta universidad son doctores “honoris causa” Juan Pablo II que se había graduado en ella, la Madre Teresa de Calcuta y el 14º Dalai Lama.
A continuación nos detenemos en una esquina donde contemplamos un edificio de ladrillo rojo que pertenece a la Universidad, donde fueron hechos  prisioneros los profesores por los nazis, para eliminar la cultura de Polonia. A su lado está la escuela de Teología donde estudió el Papa.
Llegamos a la plaza principal, la Plaza Mayor del Mercado. Nos acercamos a la Iglesia de Santa Maria para escuchar el toque de trompeta que se realiza cada hora desde una ventana de la torre más alta de la iglesia y lo repite por los cuatro lados.
Los chicos van a cambiar dinero y continuamos el recorrido por el casco antiguo. Pasamos por el Palacio Arzobispal. Su origen es del siglo XIII aunque ha sufrido muchas transformaciones. Es la sede del cardenal de Cracovia y donde se alojaba el Papa en sus viajes a esta ciudad. Sobre la puerta del patio hay una ventana con una gran foto del Papa Juan Pablo II, que se corresponde con la habitación que ocupaba. Nos contaron que la juventud de la ciudad se reunía frente a ella cuando se retiraba a descansar y le cantaban y le lanzaban vítores. Entonces el Papa se asomaba y les hablaba pronunciando algún discurso.
Aquí recibió las órdenes sagradas y vivió como obispo y cardenal hasta su traslado a Roma en 1978.
Enfrente del Obispado está la Iglesia de los Franciscanos que tiene un monasterio anexo. La orden de los franciscanos llegó a Cracovia procedente de Praga en el siglo XIII que con la financiación del príncipe Bodeslaw Wstydiwy erigieron el monasterio  de estilo gótico. Su aspecto cambió con las dos transformaciones realizadas con las restauraciones en los siglos XVII y XIX.
Destacan los murales “art noveau” de Stanislaw Wyspianski en 1900. La decoración del presbiterio y el crucero está formada por una vertiginosa combinación de flores  entrelazadas, motivos heráldicos y escenas religiosas. Cabe destacar que en uno de los bancos posteriores hay una placa que recuerda que el Papa solía colocarse en ese sitio para orar.
Seguimos la ruta y pasamos por un jardín donde han colocado una exposición de fotografías de los distintos viajes que hizo el Papa a Polonia y a esta ciudad.
Pasamos por una calle desde la que divisamos la Iglesia de los Santos Pedro y Pablo, de estilo barroco, de los jesuitas. Se inició en los últimos años del siglo XVI pero hubo un derrumbamiento en 1605 y se reconstruyó por completo. Está rodeada por una verja coronada por las imágenes de los doce apóstoles realizadas en el siglo XVIII.
Seguimos y encontramos en la calle Kanonicza una serie de edificios en los que vivían los deanes o canónigos,  siendo el nº 21 en el que se alojaba Juan Pablo II cuando vivía en Cracovia antes de ordenarse, señalado con un enorme cartel con la foto del Papa.
Llegamos a la entrada de la Colina de Wawel de 228 metros de altitud. En ella se encuentran la Catedral, lugar de coronación de los reyes polacos y el Palacio Real que fue residencia de los reyes polacos, además de otros monumentos. Los edificios se construyeron en ladrillo y la colina fue rodeada por un muro de piedra a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV  Se llega a través de una rampa en la que hay un montón de placas conmemorativas de benefactores en la pared de la izquierda  que contribuyeron para su conservación. Atravesamos la Puerta Vasa, coronada por la estatua del héroe polaco del siglo XVIII Tadeusz Kozinsko que participó en la Guerra de la Independencia de EEUU.
En la entrada de la Catedral de San Estanislao y San Wenceslao hay una estatua de Juan Pablo II de bronce.
Entramos en la Catedral cuyo primer edificio es de 1002, del que solo queda la cripta.
Cuenta con la hasta hace poco tiempo campana más grande de Polonia, de 11 toneladas y 2 metros de diámetro.
El emperador Otón III autorizó al rey Boleslao I la fundación del primer obispado de Polonia. En 1305 hubo un gran incendio y se reconstruyó como gótica. Se fueron añadiendo construcciones en diferentes estilos, gótico, renacentista y barroco.
La Catedral tiene más de 20 capillas, destacando la Capilla de Segismundo de 1520 ,  de estilo renacentista, la Capilla de la Santa Cruz con unos bellos frescos bizantinos, el Crucifijo Negro traído a Polonia por la reina Eduvigis en 1384, que se encuentra sobre un fondo de plata labrado. En 1987 fue proclamada beata y sus reliquias se encuentran en este altar.
En el centro de la nave se halla el mausoleo de plata de San Estanislao, patrón de Polonia que fue obispo y mártir.
Repartidas por toda la catedral hay un montón de tumbas de reyes y reinas, de obispos y de escritores relevantes polacos, con mausoleos en mármol y piedras de muchos colores.
A la salida visitamos la cripta donde se encuentra la controvertida tumba del presidente Lech Kaczynski junto con su esposa Maria, que murieron en un accidente de aviación del que se sabe que fue un atentado. En otra sala está la tumba de Jozef Pilsudski, arquitecto de la independencia polaca en 1918.
Nos asomamos al patio del Palacio real, hoy en día Museo Nacional. En las paredes aun se pueden observar los frescos que no se destruyeron en el incendio.
Volvemos al centro histórico y entramos a ver la Iglesia de Santa María. Se edificó a finales del siglo XIII y principios del XIV en el lugar de otra iglesia románica aunque las obras terminaron en el siglo XV y la torre menor en el siglo XVI. Se dice que los vecinos de Cracovia la edificaron con el fin de emular y rivalizar con la Catedral de Wawel.
Tiene forma de basílica de tres naves  con crucero. En su fachada podemos observar dos torres distintas. La más alta mide 81 m y es la de Hejnat, desde la que se realiza el famoso toque de trompeta  a los cuatro costados cada hora. La más baja mide 69 m. Son preciosos los techos y paredes pintados al fresco con cabezas de ángeles y flores.
El retablo de la Virgen del autor Wit Stwosz es una magnífica obra de talla medieval. Es el retablo mayor de Europa  de este tipo y procede del siglo XV financiado por la burguesía de Cracovia. Es de madera de roble la base y de madera de tilo las figuras. Todas las escenas representadas corresponden con momentos de la vida de la Virgen. Al salir nos encontramos al lado con la Iglesia de Santa Bárbara. Está sobre lo que era un cementerio y sus comienzos hacían de capilla del mismo. Se dice que se construyó con los ladrillos que sobraron de la construcción de la Iglesia de Santa  Maria. Es de la orden de los jesuitas desde el siglo XIV y su decoración actual es barroca.
Escuchamos el toque de trompeta de la una y nos damos una vuelta por la Plaza Mayor del Mercado. Se trazó en 1257 cuando la ciudad obtuvo su carta de municipalidad. Está rodeada de interesantes casas, edificios  y mansiones de estilo renacentista y barroco. En el centro está la antigua Torre del Ayuntamiento de estilo gótico, único vestigio de lo que era el edificio. Además hay una gran construcción central que es el Mercado de Paños. Lo que vemos ahora es la restauración en estilo romántico de Tomasz Prylinski en 1879. La planta baja es una galería abierta a los cuatro lados con tiendas de todo tipo de productos típicos polacos, como el ámbar y los juguetes de madera. En los alrededores hay un mercado de flores y arreglos navideños.
En la plaza está también el monumento a Adam Mickiewicz, poeta y patriota polaco que inició el movimiento romántico en Polonia luchando por la independencia de su país respecto a Rusia. Murió en Constantinopla en 1855 y está enterrado en Wawel.
Ya nos dirigimos al Restaurante Dezerter, muy bonito decorado. Tras comer muy bien nos dirigimos con el bus a las minas de sal de Wieliczka. Pasamos cerca de la cantera donde trabajó Juan Pablo II antes de ordenarse.
El terreno donde se encuentra la mina fue parte del fondo marino en la antigüedad y de ahí la gran cantidad de sal que se acumuló cuando el agua del mar retrocedió.
Se encuentra a 15 Km. de Cracovia.
Se comenzaron a explotar en el siglo XIII. Consta de 300 Km. de galerías, llegando hasta una profundidad de 327 m. divididos en 9 niveles. Hasta hace pocos años aun se explotaba.
Se visitan las galerías entre los 64 m. y los 135 m. de profundidad bajando más de 800 escalones de una tacada para llegar al primer nivel de la visita con un simpático guía de nombre Lucas.
La temperatura media es de 14º constante.
Para seguir cambiando de nivel hay infinidad de escaleras de madera.
Los mineros también aprendieron a tallar la sal y construyeron la Capilla de Santa Kinga entre 1895 y 1927. Todo es de sal, las imágenes, los candelabros y lámparas, las capillas, las paredes, etc.
Al llegar, antes de bajar, nos apagaron las luces y comenzó a encenderse poco a poco toda la iluminación de la capilla. Aquí se celebran de vez en cuando bodas.
Además hay  en el interior de la mina un Museo en lo que eran las habitaciones de los trabajadores.
La Cámara de Staszic tiene un techo de 36 m. de altura con un entramado de madera espectacular.
A mucha profundidad  encontramos unos lagos salinos, con mayor densidad salina que el Mar Muerto. En uno de ellos hay unaplataforma de madera para celebrar conciertos y nos bajaron la luz y empezó a sonar una música preciosa para ambientarnos. Hay túneles con representaciones de los trabajos que realizaban los mineros , maquinaria y capillas y esculturas de sal por todos lados.
Durante la 2ª Guerra Mundial los alemanes la utilizaron como almacén de guerra.
Para salir de la mina cogemos el montacargas de los mineros que es como una jaula y da impresión. Suben a la vez cuatro cabinas, una sobre otra y los jóvenes que ocupan una inferior no paran de gritar.
Hay una niebla abundante y nos dirigimos al Santuario de la Divina Misericordia que está en la colina Lagiewniki. Es un complejo con la Iglesia y el Convento de las hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia que recibieron un gran legado y en 1889 compraron mucho terreno donde edificaron además un centro educativo para las chicas marginadas por cualquier problema, donde se les protegía y enseñaba un oficio. En la Iglesia, en un altar lateral se encuentra el cuadro tan famoso del Cristo de la Misericordia, que irradia rayos blancos y rojos de sus manos y se le atribuyen muchos milagros. A su lado están las reliquias de la hermana Santa Maria Faustina Kowalski, de quien se cuenta tuvo numerosas apariciones. Las paredes de la capilla están cubiertas de joyas regaladas a la santa, que han compuesto con ellas figuras y dibujos.
Al lado de los edificios antiguos de ladrillo rojo se levantó un enorme santuario con capacidad para más de 2000 personas con un espectacular techo de vigas de madera, con aparcamientos, tiendas y residencia para peregrinos. El Papa la consagró en 2002. La llevan los padres marianos de la Inmaculada Concepción.
Fuera hay un enorme campanario y un altar en voladizo que contempla la enorme explanada frente a ella para las visitas del Papa y las peregrinaciones.
Ya muy cansados nos dirigimos al restaurante Kogel Model en el centro de la ciudad. Algunos salieron antes de cenar a dar una vuelta por la plaza principal.
Hoy nos merecemos un buen descanso.

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Miercoles: 21 de Noviembre: Cracovia – Czestochova - Wroclaw

Salimos hacia Czestochowa con mucha niebla.
Nos recibió a la entrada un religioso español que nos va explicando las cosas que vemos.
El Monasterio de Jasna Gora está en las inmediaciones de Czestochowa, en una colina fortificada de 293 metros de altitud, que fue donada por el rey polaco Ladislao Opolczyk a los 16 monjes paúles venidos de Hungría para la construcción de un santuario y  poder albergar la imagen. El él se encuentra el icono de la imagen milagrosa de la Virgen María, llamada de la Virgen Negra por el color que ha adquirido la tabla con el tiempo. El origen de su culto es desde el siglo XIV. Es el 2º centro mariano del mundo, después de Lourdes.
Según la tradición estaban en casa de San Juan, la Virgen María y San Lucas, a quien se le atribuye que pintara la tabla de la Virgen en el tablero de una mesa de madera de ciprés.
Un documento de Jasna Gora dice que la pintura viajó desde Jerusalén, donde la descubrió Santa Elena en el siglo IV, hasta Constantinopla. Al invadir los sarracenos la ciudad sacaron la imagen en procesión y huyeron. Permaneció 500 años es esta ciudad y pasó a Polonia como parte de diferentes dotes de matrimonio de los rusos.
El príncipe polaco Ladislao la tuvo en un lugar especial en su palacio de Belz. Al ser atacado el palacio por los tártaros una flecha impactó en la tabla en la zona del cuello de la Virgen haciéndole un rasguño. Esta lesión de la tabla todavía persiste a pesar de todos los intentos que se han hecho para su restauración.
Al querer salvaguardar la imagen trasladándola a otra ciudad pararon en Czestochowa en 1382 y la colocaron, mientras hacían noche, en la pequeña iglesia de madera de la Asunción en la colina de Jasna Gora. Al volver a colocarla en el carro los caballos se negaron a moverse, lo que se consideró como una señal y el príncipe ordenó la construcción de una iglesia y un monasterio a los monjes paúles quienes la han custodiado  durante los 6 siglos siguientes.
Los husitas iconoclastas, que habían abrazado herejías extravagantes, pusieron en peligro la imagen ya que saquearon el monasterio en 1430, cogiendo varios objetos, entre los que estaba el icono. En este caso también los caballos se negaron a moverse y de rabia la tiraron al suelo, rompiéndose en tres pedazos y la apuñalaron en dos sitios, con profundos cortes que han reaparecido también después de las restauraciones.
En 1655, 12.000 suecos se enfrentaron a los 300 soldados que custodiaban en monasterio y, a pesar de la franca minoría, consiguieron parar el ataque y derrotarlos. Entonces el rey Jan Kazimiers coronó a la Virgen como Reina y Protectora de Polonia en 1656, otorgándole su propio estatuto.
El 14 de Septiembre de 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el rio Vístula y se preparaba para invadir Varsovia, el pueblo recurrió de nuevo a la Virgen y el ejército ruso se retiró.
En la 2ª Guerra Mundial los alemanes invadieron Polonia. Hitler ordenó prohibir todas las peregrinaciones y actos similares, pero los polacos desoyeron  sus mandatos y continuaron visitando el santuario. Al acabar la guerra 1 millón y medio de polacos fueron a expresar su agradecimiento por el fin de la contienda a su Virgen.
A pesar de que en 1948 los rusos esclavizaron al país completo, nunca cesaron las peregrinaciones.
Como imagen milagrosa fue reconocida por el papa Clemente XI en 1717.
La dificultad de fechar el icono radica en que la imagen original  fue tapada por la restauración de los daños infringidos por los husitas en 1430. Los restauradores no conocían el método empleado en su realización original, con lo que al aplicar los pigmentos de restauración, la base se deshizo. Así que la borraron y la repintaron de nuevo sobre la madera original, con un estilo tradicional de la iglesia ortodoxa.
Hoy en día es la capital espiritual de Polonia.
La Iglesia está en periodo de restauración. Lo primero que vemos es una capilla barroca de mármol negro dedicada a San Pablo. Hay una copia del icono y nos explica la simbología de la mano de la Virgen, que marca el camino de la salvación. Después entramos en la propia capilla de la Virgen Negra. Está llena de gente rezando. Todas la paredes están cubiertas por regalos de todo tipo, clasificados por analogías y formando dibujos. El icono tiene 122 cm de altura por 82 cm. de ancho.
Por un pasillo estrecho alrededor de la capilla vamos acercándonos al altar donde se halla el icono. Mientras tanto se está celebrando una misa. Hoy lleva un manto ricamente ornamentado con multitud de joyas que brillan con fulgor. Al lado de la imagen hay una estola de Juan Pablo II manchada con su sangre que se guarda como una reliquia. No nos paramos y pasamos por un pasillito muy estrecho por detrás del altar donde hay un rosetón en la pared con varias reliquias de diferentes santos y santas de Polonia. Volvemos a salir al otro lado de la capilla y finalmente cruzamos hacia la Iglesia mayor. Se incendió y se reconstruyó en estilo barroco. Es la Basílica de la Santa Cruz y la Natividad de la Virgen Maria. Se construyó entre 1692 y 1728. Ya está en parte terminada de restaurar pero aun falta bastante para sacarle todo su esplendor barroco. Estaban afinando el gran órgano.
El altar mayor es espectacular con una composición de enormes figuras de mármol blanco que apabullan. Representan a los 4 evangelistas, la asunción de la Virgen y algunos personajes relacionados con su vida. Justo a las doce volvemos a entrar en la Capilla de la Virgen Negra para ver como baja una puerta labrada de plata al son de una fanfarria interpretada allí mismo con trompetas. Hasta mañana no se vuelve a descubrir el icono.
Subimos a ver el Vía Crucis del pintor Duda Gracz. Consta de 18 cuadros pintados a principios del siglo XXI, cargados de simbolismo religioso y crítica social  en todos los sentidos. El pintor, nacido en Cracovia, sentía algo que le hacia estar enfadado consigo mismo. Sus compatriotas sentían esa pasión y fe religiosa por la Virgen Negra y a él no le decía nada. Pero se puso enfermo y tuvo como un impulso de pintar los cuadros y entender la fe.
Pasamos a la Sala de los Caballeros, con un montón de banderas colgadas de estandartes en la pared. Aquí también hay una réplica del icono. En los frescos de las paredes se cuenta en escenas la historia del icono así como la placa de proclamación en 1656 de la Virgen Negra como Reina de Polonia con sus estatutos propios.
Pasamos a ver el tesoro de la Virgen donde hay muchas vitrinas clasificadas de joyas y otros objetos donados a la Virgen y algún manto antiguo.
Salimos al exterior y observamos que hay una enorme torre de 105 metros.
Se ve también el parque que rodea el complejo del Monasterio con un camino que va siguiendo un vía crucis. Hay una especie de altar que destaca sobre la gran avenida, que se llena de peregrinos en determinadas fechas.
Para finalizar la visita nos paramos en la tiendecita del monasterio para comprar algunos rosarios y otros artículos religiosos.
Comemos cerca de allí en el restaurante Mare e Monti, muy bien y abundante.  Algunos repiten el postre que es casero y está muy rico.
Tras pasar por el supermercado a comprar chocolatinas y galletas seguimos camino a Wroclaw. A las 3.30 ya es de noche y sigue la niebla.
Después de hacer una parada técnica llegamos a Wroclaw y visitamos un hotel de la cadena Mercure, que nos hacen un gran recibimiento con una copa de vino y unos montaditos.
Por fin llegamos a nuestro hotel el HP Plaza. Algunos salen a dar una vuelta por los alrededores. Cenamos en el mismo hotel tranquilos y bien servidos. Hacemos un rato de charla y ya nos vamos a dormir.

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Jueves: 22 de Noviembre: Wroclaw - Praga

Wroclaw se encuentra cerca de las fronteras de Alemania y Chequia. Está situada en la Pequeña Silesia. Es la 4ª ciudad en importancia de Polonia con unos 600.000 habitantes. La atraviesa el rio Oder y sus numerosos afluentes, lo que hace que se formen 12 islas y que más de 100 puentes unan las riberas de los ríos y canales.
Los principios de la ciudad datan del siglo X cuando el príncipe checo Wratyslaw fundó en este sitio una colonia fortificada por ser un magnífico enclave por los ríos para las comunicaciones.
En el 990 la ciudad se incorporó al territorio gobernado por la dinastía Piast. En el 1000 se estableció un obispado católico romano.
Tras la invasión de los tártaros la ciudad se traslada a la orilla izquierda del rio Oder y reconstruida con un patrón que aun hoy prevalece. Durante un corto periodo de tiempo fue un Ducado independiente de Silesia.
En 1335 Polonia pierde el control sobre el territorio y pasa a ser de Bohemia.
En el siglo XVI pasa a ser del Imperio Austro-húngaro. Hubo graves luchas por motivos religiosos entre partidarios católicos y protestantes.  Se inició un proceso de germanización que continuó cuando en el siglo XVII pasó a manos de Prusia. Cambió de nombre a Breslau y se convirtió en la segunda ciudad en importancia después de Berlín. Se produjo una fuerte industrialización con la construcción de la primera vía férrea y una fábrica de vagones de tren.
Después de la 2ª Guerra Mundial estaba arrasada casi la mitad de la ciudad pero a raíz de la Conferencia de Postdam pasó a ser de nuevo polaca, expulsando a los alemanes que la ocupaban y trayendo a polacos que vivían en la zona oriental en Ucrania, ahora rusa.
Recogemos a la guía y comenzamos una panorámica por la ciudad. Vemos la arquitectura de la época alemana, la horrorosa de la época comunista y la actual muy moderna.
Pasamos por una enorme avenida que fue una pista de aterrizaje.
Es una ciudad con un ambiente universitario muy animado, ya que hay muchas universidades técnicas en la ciudad.
Nos dirigimos al parque Szcytnicki, creado en el siglo XVIII, en el que hay un Jardín Botánico, fundado en 1811 por dos profesores de la Universidad que quedó destruido en la 2ª Guerra Mundial y ha sido reconstruido con mucha minuciosidad, y un zoológico que se fundó en 1865 a orillas del rio Oder, frente a ese parque. Es el zoo más grande de Polonia y lo más curioso es que se han utilizado edificios de Art Noveau como viviendas de algunos animales. Pasamos por la entrada del Jardín Japonés cuidado y restaurado por expertos jardineros japoneses
También hay un observatorio con las casas de los que trabajaban allí.
Dentro del parque hay una urbanización llamada Mieszkane i Miejsce que es un ejemplo único de la historia de la arquitectura residencial de los años veinte. Las casas fueron modelo para diferentes edificios residenciales diseñados para la Exposición del Espacio de Vida y Trabajo, organizada por la Deutscher Werkbund en 1929. Muchos arquitectos alemanes de primera fila participaron del proyecto.
Hay un gran balneario dentro del parque.
A continuación vemos el enorme edificio redondo llamado Salón del Pueblo que se levantó como eje de la exposición conmemorativa de la victoria de la coalición sobre Napoleón en Lipsk. Se construyó entre 1911 y 1913 según un proyecto de Max Berg.
Está coronado por una enorme cúpula de cemento armado de 65 m. de diámetro con un sistema muy sofisticado de iluminación a través de las ventanas del tambor que pueden hacerse más o menos transparentes.
El auditorio tiene una capacidad de 5000 personas  y se sigue utilizando para muchos actos y eventos.
Cruzamos varios puentes y llegamos a los pies de la Catedral de San Juan Bautista en la isla de Ostrow Tumski. Es una mezcla de estilos de diferentes épocas. Tiene tres naves y dos torres gemelas en su fachada gótico renacentista. Se inició en el siglo XIII sobre los restos de otro templo, aunque se fueron añadiendo zonas en el siglo XIV y XVI. Casi terminando la Guerra Mundial fue bombardeada quedando solo un tercio en pie.
Se ha ido llenando de objetos, bancos, retablos y sillería del coro de otras iglesias polacas. Cuenta con 20 capillas laterales, la mayoría de ellas son barrocas y todas realizadas por artistas italianos.
En una capilla lateral izquierda de estilo barroco la Virgen lleva una corona donada por Juan Pablo II.
Salimos y vemos una serie de fotografías que muestran el estado en que quedó la catedral después de los bombardeos.
Enfrente de la catedral se encuentra la Iglesia románica de San Gil de 1230, siendo la iglesia más antigua de Wroclaw.
Seguimos y pasamos por el barrio restaurado con edificios del Obispado, la Beneficencia, una fuente dedicada a San Juan de Nepomuceno, la Iglesia de la Santa Cruz en la primera planta y la Iglesia de San Bartolomé en la cripta de estilo greco católico. Cruzamos el Puente de la Catedral o Puente Tumski, que es una estructura de hierro realizado entre 1888 1892,  lleno de candados, que une la isla de la Catedral con la isla de Arena. Tiene un farol que funciona con gas. Se le conoce como el Puente de los Enamorados. A la salida hay dos estatuas de protección de Santa Jadwiga y San Juan Bautista obras de Gustav Grunenberg.
Pasamos por una impresionante Iglesia cerrada de Santa Maria de la Arena  que se construyó en la 2ª mitad del siglo XIV para los canónigos sobre otra románica, cuyo tímpano está incrustado en el muro de la sacristía. Durante la 2ª Guerra Mundial quedó muy dañada y ya ha sido restaurada. Cruzamos otro puente.
Llegamos al Mercado Cubierto, construcción de ladrillo del siglo XIX. Entramos a ver el ambiente. Vemos a un personaje vestido de deshollinador y la tradición dice que si le tocas la barriga te da suerte.
Seguimos nuestro camino y llegamos al barrio de la Universidad. Fue fundada la Academia por el emperador Leopoldo I en 1702 convirtiéndose en universidad de Wroclaw en 1811. Ha tenido muchos alumnos famosos, entre ellos 9 premios Nobel. Es un imponente edificio barroco con una sala de actos espléndida, la Sala Leopoldina.
En la plaza hay una fuente con la figura de un hombre desnudo que lleva un sable de esgrima en la mano. Se dice que es una advertencia para que los estudiantes vayan por el buen camino y no lo pierdan todo.
Frente a la Universidad está marcado el lugar por donde pasa el meridiano 17º.
Nos asomamos a la Iglesia del Santo Nombre de Jesús de la Universidad, de los jesuitas, construida entre 1689 y 1698 en un estilo barroco de Silesia, con un interior espléndido y rico.
En una calle céntrica vemos una iglesia greco católica de San Jacobo y San Vicente  del siglo XIII, marcada con la concha del camino de Santiago en Polonia. Entramos en una tienda de cosas típicas y compramos algunos recuerdos.
En el suelo de la acera hay unas plaquitas que conmemoran hitos de la ciudad como el primer tren del mundo.
Pasamos por una calle que antes la usaban los carniceros. En el suelo hay unas trampillas de madera por donde guardaban los animales ya muertos para su venta posterior en las carnicerías. Para recordar su uso hay a la entrada diversos animales de granja en bronce y Agustín con su bastón parece el pastor de su ganado.
Después de callejear nos encontramos con la imponente Iglesia Catedral de Santa Maria Magdalena. De estilo gótico se construyó entre 1330 y mediados del siglo XV, incorporando los muros de una iglesia anterior del siglo XIII.
En una esquina de la Plaza del Mercado Rynek está la Iglesia de Santa Isabel con una gran torre que en su día midió 130 metros, pero se derrumbó y ahora mide 91 metros.
En 1525 se convirtió en protestante.
Para llegar a la enorme y hermosa Plaza del Mercado pasamos por un arco que une dos pequeñas casas de los acólitos, las de Jas –renacentista de 1564 y Malgosia –barroca del siglo XVIII (Juan y Margarita).
Rodeamos la Plaza que está muy bien restaurada y con unos edificios desde el renacimiento hasta el siglo XX de bellas facturas. En el centro se encuentra el Ayuntamiento nuevo y frente a él una curiosa fuente. Es la segunda plaza más grande de Polonia, después de la de Cracovia. En un lateral se abre la plaza de la Sal llena de kioscos donde venden flores y arreglos navideños. En el barrio se están montando casetas para la feria de Navidad, que se inaugura mañana.
Algo que llama la atención es que, repartidos por todo el centro histórico, se encuentran pequeños duendes por cualquier parte representando a diversos personajes populares de la vida cotidiana.
Comemos en un sitio emblemático y muy conocido , el restaurante Dwor Polski, donde han comido grandes personalidades mundiales.
Tras comer vamos paseando para que nos recoja el bus. Pasamos por el Ayuntamiento antiguo, hoy dedicado a ser un museo de arte burgués. Su origen es gótico, restaurado más tarde entre 1470 y 1510. Una fachada está adornada con esculturas neogóticas. En su sótano está la cervecería que dicen que es la más antigua de Europa.
Una vez en el bus nos preparamos para un largo camino hacia Chequia viendo una película. Antes de la frontera paramos para descansar y cambiar moneda. Más adelante hacemos otra parada más larga para merendar.
Pasamos al lado de un grave accidente entre un autobús y un camión con muchas ambulancias y bomberos.
Llegamos a Praga. Descansamos y bajamos a cenar al restaurante del hotel Barceló Praha Five. Son muy amables y es nuevo y muy confortable.
La mayoría se va al centro a dar una vuelta.

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Viernes: 23 de Noviembre: Praga

Después de desayunar nos dividimos en dos grupos. Amparo, Luis, Vicente y yo estuvimos en Praga hace un año y lo que marca el programa de hoy ya lo conocemos.
Así es que hemos decidido ir por libre a ver algunas cosas que nos perdimos en el otro viaje.
El resto del grupo se va con el bus y los guías y nosotros nos compramos un abono de transporte para un día en la estación de metro que tenemos cerquita. Cogemos un tranvía  que nos acerca al barrio de Malastrana, lleno de callecitas y casa señoriales. Entramos en la Iglesia de San Nicolás. Fue mandada construir por los jesuitas sobre otra iglesia mucho más pequeña del siglo XIII. Es de factura barroca y tiene las bóvedas pintadas al fresco con tempera y cal  por Johann Lukas entre 1760-61, recogiendo episodios de la vida de San Nicolás. La cúpula la pintó Franz Xaver Palko entre 1572 y 1573. Hay un valioso púlpito y enormes estatuas en los pilares de la nave y de la cúpula. Cuenta con un gran órgano que adorna el coro. Subimos al pasillo que rodea la iglesia por arriba, donde hay una exposición de pintura.
A la salida nos encontramos a Marcin y aprovechamos para que nos haga una foto a los cuatro juntos.
Callejeamos un poco y nos sentamos a descansar y tomar café.
Seguimos nuestro camino y nos encontramos con nuestro grupo saliendo de ver al Niño Jesús de Praga que está en una antigua iglesia luterana edificada a principios del siglo XVII. Después de la derrota de la Montaña Blanca perteneció a las Carmelitas que le pusieron el nombre de Virgen de la Victoria. Entrando a la derecha, en la segunda capilla, está el Niño Jesús de Praga que fue uno de los mayores símbolos de la Contrarreforma. El culto a la infancia de Jesús, su misterio de la Encarnación tiene su raíz en los evangelios, sobre todo en los apócrifos. Esto se propagó por los padres de la Iglesia y posteriormente por los místicos medievales. La imagen de Praga es del siglo XVI de cera, modelada sobre un interior de madera cubierto de trajes y presenta la imagen de un infante bendiciendo y sostiene con la mano izquierda el mundo. Parece ser que fue Santa Teresa de Jesús quien relanzó el culto del Niño y puede que la estatuilla de 50 cm, donada por Polyxena de Lobkowitz a las Carmelitas en 1628, procediera del sur de España. Durante el resto de los años se le han atribuido muchos milagros.
Volvemos a coger un tranvía y nos deja en el centro de Praga.
Paseamos por la plaza y hay puestos que están asando a leña jamones de Praga y no nos podemos resistir y lo probamos Vicente y yo.
Vicente se sienta en una cafetería y nosotros tres damos una vuelta por las calles de alrededor que están llenas de gente. Volvemos a la una a la plaza y vemos a Vicente el guía que está esperando al resto. Quieren ver como da la hora el reloj astronómico y Vicente y yo nos adelantamos paseando por la calle Pariska, viendo escaparates y las casas, sinagogas y edificios del camino. Atravesamos el puente y allí nos espera el autobús con el simpático chófer y Marcin.
Nos llevan a comer a la cervecería Klastorny en el Monasterio de Strahov situado en una colina entre el Castillo y la colina de Petrin. Es un elegante complejo barroco. Cruzamos un arco barroco entrando en el patio central al que se asoman dos iglesias: a la izquierda la de San Roque y a la derecha la de la Asunción. Al lado está la Biblioteca del monasterio. En un edificio de la plaza hay un museo de miniaturas y varios restaurantes.
No nos gusta mucho la comida de hoy. Al salir del restaurante se ha puesto el cielo negro y hace frio. Nos acercamos a un mirador desde el que se domina la ciudad.
Recorremos con el bus Praga y visitamos dos hoteles. El segundo, el Andel’s es estupendo tanto por sus instalaciones como por su ubicación.
En el hotel descansamos y a las 8 quedamos en recepción. Vicente se queda a cenar en el hotel. El resto nos vamos con el metro al Centro a cenar en el restaurante Michal decorado con trajes típicos checos. Después nos vamos  a pasear por el centro y pasamos por la casa de los chocolates y Vicente el guía no lo puede resistir y se come un gofre cargado de chocolate.
Hay mucha animación por las calles y está precioso todo iluminado y los comercios abiertos.
Volvemos al metro para regresar al hotel. Las escaleras son impresionantes de lo empinadas que están y a la velocidad a la que van.

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Sabado: 24 de Noviembre: Praga – Bratislava –Budapest

Salimos temprano de Praga camino de Bratislava. Sigue habiendo niebla. El paisaje de Chequia es muy bonito. Nos llama la atención que hay muchos abedules que están sin hojas pero en sus ramas crecen como unas bolas verdes de vegetación. Es muérdago que parasita otros árboles. Dan la sensación de ser bolas de adorno de Navidad.
Por el camino hacemos dos paradas y tenemos problemas en la frontera con Eslovaquia a causa de que el aparato de controlar el paso por las autopistas lo han regulado mal los guardias y al iniciar la marcha otra vez, el chófer se da cuenta y tiene que parar para que lo regulen bien. Tiene que hacer marcha atrás y entonces los guardias le quieren multar. Al final no pasa nada. A veces lo hacen como “cobro” de un impuesto no legal.
Llegamos a Bratislava. Recogemos a la guía y cruzamos una plaza que está llena de puestos de comida típica y adornos navideños, que huele de maravilla. Al fondo está el Teatro Nacional Eslovaco, de estilo renacentista de 1886. Y en una esquina de la Avenida se encuentra el Hotel Carlton, símbolo de la riqueza de la ciudad.
Comemos en el restaurante Penzion Gremiun.
Después de comer comenzamos la andadura por las calles de Bratislava.
Bratislava es la capital de la República de Eslovaquia. Cuenta con más de 400.000 habitantes . Está situada a orillas del rio Danubio y en las últimas estribaciones de los Cárpatos Pequeños.  Su situación en el país, en el rincón suroeste, hace que esté a pocos kilómetros de la frontera de  Austria y Hungría. Es el centro político, económico, cultural y científico del país. En la capital no hay paro. Es, por tanto, la ciudad más grande del país y ella sola produce el 26% del PIB. Tiene tres Universidades y mucha animación por ello.
Desde la Edad de Piedra hay asentamientos en la colina del Castillo. Una de las primeras tribus que poblaron el territorio fueron los celtas. Por su situación estratégica se establecieron aquí también los romanos. Tras la caída del Imperio romano aparecieron los germanos y luego más tarde los eslavos, fundando el Reino de Moravia, que fue derrotado por tribus húngaras. Esteban I fue el primer rey húngaro, que favoreció la repoblación de los territorios con gentes venidas de los países de habla alemana.
En el siglo XIII rechazó las intenciones de invasión de los tártaros pero no pudo con la conquista de la ciudad por el rey checo Otakar II en el año 1271.
En 1291 ya se le concedió a la ciudad los privilegios de ciudad libre, asegurando a sus ciudadanos importantes derechos. En 1436 el rey Segismundo concedió a la ciudad un blasón que hoy en día se sigue usando.
El florecimiento máximo de la ciudad llegó bajo el reinado de Matías Corvino que le concedió la famosa Bula de Oro y fundó en 1465 la escuela superior Universitas Istropolitana, donde enseñaban destacados eruditos.
Después de la sangrienta Batalla de Mohacs en 1526 el ejército húngaro fue derrotado por los turcos ocupando casi todo el país.
En 1536 la Dieta Húngara (Parlamento) nombró a la ciudad capital del reino.
La primera coronación que aquí se celebró tuvo lugar en el año 1563 en la Catedral de San Martín. Fue el centro de Hungría hasta el siglo XVIII. Su edad de oro la conoció bajo el reinado de la emperatriz Maria Teresa (1740-1780).
Bajo el reinado de José II la ciudad perdió su posición soberana y en 1783 la capital se trasladó a Buda. El reinado de Francisco I fue turbulento, con los franceses de Napoleón que sitiaron la ciudad apoderándose de ella en 1809.
La mayoría de los habitantes hablaban alemán y húngaro pero no se  hicieron trilingües hasta después de la 1ª Guerra Mundial.
En 1919 fue agregada a la recién constituida República Checoslovaca y pasó de llamarse  Presburgo a Bratislava, su nombre actual.
Después de la 2ª Guerra Mundial Checoslovaquia fue restablecida, pero no sobre las bases que hubiera deseado la parte eslovaca. Se convirtió en un país comunista dependiente de la Unión Soviética hasta el año 1989, fecha del hundimiento del comunismo. Con las nuevas condiciones democráticas se efectuó la división civilizada de Checoslovaquia  en 1993 y Bratislava se convirtió en la capital del nuevo país, República Eslovaca.
Vamos caminando por el casco antiguo donde vemos unos edificios renacentistas, barrocos y rococó perfectamente restaurados. Por el suelo encontramos unas plaquitas con el símbolo de una corona de tres puntas que va señalando la ruta que seguían los reyes para su coronación.
Por la ciudad hay varias esculturas originales como el obrero mirón llamado Rubberneck que asoma de una trapa de alcantarilla o un paparazzi escondido detrás de una esquina.
Atravesamos unos patios que pertenecen al Palacio Arzobispal, con una fuente en uno de ellos que representa a San Jorge matando al dragón, del siglo XVII. Es un majestuoso edificio en color rosa construido para el arzobispo José Batthyany entre 1778 y 1781. Hoy en día se visita para poder admirar la belleza de los interiores como el Salón de los Espejos, donde se firmó la Paz de Presburgo así como también la capilla de San Ladislao. También se puede admirar uno de los tesoros de la ciudad. Es un conjunto de 6 tapices ingleses del siglo XVII que provienen de la manufactura de Mortlake, cerca de Londres. Aparecieron en una renovación del palacio, al ser vendido al municipio, en un pequeño hueco que ha hecho que al estar a oscuras se hayan conservado tan bien.
Al salir a la plaza vemos a los invitados a una boda, todos cargados con ramos de flores, costumbre que se tiene en el país de regalar a los novios el día de su boda.
La fachada está decorada con esculturas que representan las virtudes y el adorno central más alto está coronado por el sombrero del cardenal de 150 kg.
En la plaza, en el lado izquierdo podemos contemplar la trasera del antiguo Ayuntamiento con un bonito techo  verde con dibujos en varios colores. Es un conjunto poco corriente de construcciones hechas de varios estilos y en diferentes épocas, que se fueron añadiendo al núcleo original de factura románica del siglo XIII. En un principio era la vivienda privada del alcalde con una torre, en su base gótica, para defender a los inquilinos, ya que no había mucha muralla en aquella época. Se fue ampliando el espacio comprando y añadiendo las casa laterales. Hoy en día es un Museo y galería de exposiciones temporales.
Pasamos bajo un arco y en el patio hay un mercadillo. Salimos a la Plaza Principal, la Hlavne Namestie. A la izquierda está la Iglesia de los Jesuitas, de estilo renacentista tardío construida por los protestantes en el siglo XVII y que luego pasó a ser de los jesuitas.
Es una plaza cuadrada, rodeada de hermosos edificios de muchos estilos, destacando uno en una esquina de Art Noveau. Se encuentra repleta de puestos de la feria de Navidad  donde venden todo tipo de adornos.
En el centro de la plaza se encuentra la Fuente de Maximiliano que es la más antigua de la ciudad construida en 1572. Rodeamos la plaza y salimos hacia la calle San Miguel que al final se encuentra la única torre que queda de la muralla medieval. Es la Puerta de San Miguel, con una torre de 51 m. de altura, gótica del siglo XIV con 7 plantas y coronada de cobre en forma de bulbo. Fue modificada en el siglo XVIII al estilo barroco. Justo debajo de la puerta hay un círculo en medio de la calle que señala el Kilómetro cero, y marca las distancias con 29 capitales del mundo desde Bratislava.
Continuamos por unas calles repletas de palacios. El primero que nos encontramos es el imponente edificio de la Real Cámara húngara. Es la Biblioteca Universitaria construida como Cámara Real Húngara en 1756. En el siglo XIX se reunía aquí la Dieta Húngara. A continuación pasamos por delante del Palacio Pauli del siglo XVIII en el cual Franz Liszt en el año 1820, a la edad de 9 años, ofreció su primera actuación.
En la acera de enfrente, algo más adelante se halla el Palacio de Pallfy que fue construido a mitad del siglo XVIII en estilo barroco para el conde Leopoldo Pallfy, mariscal del ejército austríaco. En el año 1762 a la edad de 6 años dio aquí Mozart un  concierto.
En la misma calle pero a la derecha está la Universitas Istropolitana, edificio de la primera universidad en Hungría, fundada en el año 1465 por el rey Matías Corvino. Hoy tiene aquí su sede la Escuela Superior de Artes Musicales, debido a la gran tradición y contacto con la música de esta ciudad.
Casi en la esquina está el Palacio Keglevich, levantado en  el año 1730 siendo uno de los primeros palacios barrocos de la ciudad. La hija del conde Keglevich fue alumna de Ludwig van Beethoven, que dio aquí un concierto en el año 1796.
Llegamos a la Catedral de San Martin. Durante el siglo XIII, al concederle privilegios a la ciudad, la población aumentó  y por eso se empezó la construcción de esta iglesia catedral. Se prolongó hasta la mitad del siglo XV. En 1452 la iglesia fue bendecida. Entonces tenía un rico gótico con 27 altares. Pero las reformas barrocas que empezaron en 1725 dieron un sesgo radical al origen de la obra, viniendo de varios sitios los mejores artistas de la época. En el siglo XIX se empezó una amplia reconstrucción neogótica, perdiendo casi todas las partes interiores barrocas.
Además de iglesia fue un centro con una rica vida musical. Aquí han sonado en su época la Misa Solemne de Beethoven y el Réquiem de Mozart, así como Franz Liszt dirigió en la Catedral su Misa de la Coronación.
Entre 1563 y 1830 se celebraron aquí 19 coronaciones, que son recordadas por la maqueta de la corona de San Esteban, que pesa unos 300 kg. y está situada sobre un almohadón dorado de 2 x 2 metros en lo alto del espigón de la torre que tiene 85 m. de altura.
Para volver atravesamos por un pasadizo entre dos calles donde hay una placa que marca la altura que alcanzó el agua al desbordarse el Danubio.
Volvemos paseando por la Avenida Hviezddoslavovo Namestie hasta llegar al Hotel Carlton donde nos espera Vicente, que ha estado descansando por la zona y nos recoge el bus para ir al Castillo.
El Castillo de Bratislava está sobre una colina que domina toda la ciudad a 85 m. por encima del Danubio.
Es de estructura cuadrada con cuatro torres en las esquinas que visto desde lejos parece una mesa del revés.
Se han encontrado vestigios celtas y romanos en la colina, los eslavos también se dieron cuenta de la situación estratégica de su emplazamiento y construyeron en el siglo IX un poblado fortificado con una iglesia cristiana.
La primera noticia escrita del castillo aparece en Salzburgo en el 907.
Después de la conquista del reino de Moravia, los húngaros tomaron la fortaleza. A partir del siglo XIII ya empezaron a haber grandes cambios en su construcción, levantando un torreón y varias atalayas hasta que en el siglo XV adquirió su aspecto actual, después de que Segismundo II lo eligiese como su residencia en Hungría.
El torreón se derribó y se construyó un gran palacio gótico. Todo se amplió y se construyó una puerta nueva, la de Segismundo, ricamente ornada, por donde se accede al recinto.
La muralla llega a tener en algunos lugares 11 metros de anchura. Además se construyó un pozo muy profundo en el patio del castillo para surtir de agua las necesidades de los pobladores de la colina.
Después de la Batalla de Mohacs en 1526, tras la derrota de los húngaros, Fernando I de Habsburgo fue el nuevo rey y como no le gustaba el castillo lo hizo renovar radicalmente en estilo renacentista.
En el año 1552 se empezaron a guardar las joyas que solo se utilizaban en las coronaciones que tenían lugar en la Catedral de San Martín. Estuvieron fuertemente custodiadas en la Torre de la Corona hasta 1783 en que se trasladó la capitalidad a Buda.
La última reconstrucción fue barroca y se hizo durante el reinado de la emperatriz Maria Teresa en el siglo XVIII. El interior fue decorado en estilo rococó y por todos lados del castillo se fueron añadiendo edificios más pequeños.
José II, hijo de Maria Teresa, que era un gran reformador, en el año 1783 trasladó la capital y la corte a Buda, llevándose las joyas. Su cuñado, un gran coleccionista de arte también se llevó su extensa colección que ahora está en Viena.
El castillo quedó vacío por un tiempo. Durante una temporada fue un centro de estudios pero en 1802 se instaló allí el ejército. En 1811, después de varios años de asedios por parte de los franceses, sufrió un gran incendio que lo arrasó todo. Como no lo repararon fue derrumbándose paulatinamente.
Después de la 2ª Guerra Mundial se decidieron a reconstruirlo y a partir de 1953 se iniciaron las investigaciones, los estudios y los proyectos de reconstrucción.
Hoy en día aun no se ha terminado todo el proyecto, pero se usa como Museo Nacional Eslovaco.
A la puerta del Castillo hay una estatua de un héroe eslavo.
Nos despedimos de la guía que es muy simpática y continuamos la ruta hasta Budapest. Allí nos alojamos en el Hotel Mercure Buda. Tras descansar un buen rato bajamos a cenar.
La mayoría del grupo se va a dar una vuelta por Buda.
Estoy muy constipada y afónica y mejor quedarse en el hotel.

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Domingo: 25 de Noviembre: Budapest

Cinco del grupo se van a misa a las 9 a una iglesia cercana. El resto desayunamos tranquilamente y los esperamos viendo las tiendas que hay en los bajos del hotel.
Hoy toca una visita rápida a Budapest. Es la capital de Hungría con casi 2 millones de habitantes. Está dividida por el rio Danubio que separa los dos núcleos de Buda y Pest que se unificaron como ciudad única en 1873.
El origen de Budapest se remonta al III milenio a.C. Hay recientes descubrimientos de restos celtas en la Colina de Gellert, en Buda. Los romanos conquistaron este territorio y fundaron sobre el poblado celta un campamento fortificado de nombre Aquincum, manteniéndose en la zona 4 siglos. El Danubio les sirvió de frontera. Cayó a principios del siglo V en manos de los hunos de Atila. Luego llegaron los godos, longobardos y ávaros, siendo estos últimos los más sanguinarios, arrasándolo todo. Tuvo que venir Carlomagno para poder vencerlos en el año 805.
En el año 896 llegaron las tribus magiares procedentes de los Urales los que se aposentaron en la zona con Arpad como su caudillo.
En el siglo XI el rey Esteban se convirtió al catolicismo para poder unificar el país.
El rey Bela IV, después de la invasión tártara en 1240, trasladó la capital a Buda, aprovechando sus ventajas geográficas y fue entonces cuando mandó construir un palacio en su interior. Esta zona era llamada Buda. La parte norte, donde había habido una ciudad romana era Obuda y en el otro lado del rio se empezó a desarrollar una ciudad llamada Pest.
El florecimiento de la ciudad llegó con Segismundo de Luxemburgo (entre el siglo XIV y XV) con numerosas obras de ingeniería y sistemas de defensa.
Durante el reinado de Matías Corvino (1460-1490) se consolidó el renacimiento húngaro y Buda se enriqueció, no solo la realeza sino la burguesía y los nobles. Se intensificó la construcción en estilo renacentista. Se levantaron murallas alrededor de Pest, venció al rey de Bohemia, conquistó Viena y venció a los turcos varias veces. Tras su muerte se sembró el caos y llegó con él la decadencia económica y social, con lo que los turcos lo tuvieron muy fácil para derrotarles en 1526 en la Batalla de Mohacs, dominando el territorio durante 150 años. Lo más importante que dejaron y que ha prevalecido fueron los baños, aprovechando los múltiples recursos termales que poseía la ciudad. También se instalaron en Buda como sede administrativa estatal.
En 1686 Buda fue recuperada a los turcos con ayuda internacional del mundo católico. Se produjo entonces un gran incendio al estallar el arsenal y gran parte de la ciudad quedó destruida. A partir de entonces comenzaron a gobernar los Habsburgo desde Viena hasta el final de la 1ª Guerra Mundial en 1918. En este periodo de reconstrucción se edificó en estilo barroco, aprovechando detalles anteriores, con lo que se produjo una curiosa mezcla de estilos. Durante el siglo XVIII volvió a florecer el comercio y la industria con el importante traslado de la Universidad a Buda. En Pest comenzó a desarrollarse la vida científica.
La emperatriz Maria Teresa fue una gran impulsora de embellecer las ciudades de su imperio así como de mejorarlas.
Los primeros conatos del despertar nacionalista húngaro se desarrollaron durante el reinado del emperador José II, que pretendió implantar a toda costa el alemán como lengua unificadora de su imperio, pero por otro lado fue el que liberó el culto religioso y  abolió la esclavitud de los campesinos.
Durante el siglo XIX se acelera el desarrollo de la vida cultural y científica. Se ampliaron las vías de comunicación tanto férreas como fluviales y se construyó el primer puente sólido, el famoso Puente de las Cadenas, que fue destruido en la Guerra Mundial y posteriormente reconstruido.
Entre 1848 y 1849 hubo una Guerra de la Independencia, queriendo liberarse de la dominación Habsburgo. Kossuth Lajos se convirtió en un héroe nacional, ya que fue el instigador  y estratega de la refriega. Al ser derrotados llegó un absolutismo severo contra ellos.
En 1867 firmaron un tratado entre los Habsburgo y Austria, apoyado por la emperatriz Elisabeth ( la famosa Sissi) en el que fueron reconocidos una mayor autonomía y los derechos nacionales de los húngaros.
En 1918 venció la revolución democrática burguesa húngara en Budapest y Hungría se convirtió en una república. En 1944 durante la 2ª Guerra Mundial fue ocupada por los alemanes causando en Buda irreparables destrozos.
En 1947 comienza el casi medio siglo de gobierno comunista durante el cual y a partir de 1973 se inicia la reconstrucción de la ciudad, tanto de los edificios como de las calles, siendo declarada en 1987 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco los conjuntos de Buda y Gellert, así como en Pest la Iglesia de Belvarosi y los puentes .
A las 10 nos montamos en el bus con el guía local y nos dirigimos a la colina de Var donde se encuentra el castillo de Buda, llamado Varhegy. Se alza a 60 m. sobre el nivel del rio. Llegamos a la parte superior de la colina que se formó debido al aluvión del Danubio. Por ello su composición es de piedra caliza y su interior se encuentra completamente horadado con una red de cuevas, lagos y corrientes subterráneas. Antiguamente servían para abastecer de agua a las casas del antiguo castillo y en época contemporánea se usaban como refugio durante las guerras. Hay incluso un hospital subterráneo que tenían los comunistas en perfecto uso durante su medio siglo de presencia húngara.
En realidad no es un castillo sino un conjunto de monumentos históricos y edificios construidos en diferentes estilos. Era una ciudad fortificada cuyo papel histórico se inició en el siglo XIII.
Nos dirigimos hacia el recinto del Palacio Real que ocupa una fachada inmensa de más de 300 m. Tiene una forma de dos cuerpos columnados unidos por una gran cúpula. En la época de Matías Corvino se empiezan a construir iglesias, aposentos y conventos para engrandecer el complejo así como los jardines. El máximo esplendor llegó con la emperatriz Maria Teresa que contrató a los mejores arquitectos y artistas del momento para llevar a cabo su grandioso proyecto de aspecto barroco. Su última remodelación fue con el emperador Francisco José y su esposa Elisabeth, que temporalmente residían aquí.
Durante la 2ª Guerra Mundial quedó totalmente demolido y sus dependencias incendiadas debido al asedio ruso. Fue rehabilitado tanto en su interior como en el exterior dándole la forma que tenía antes de la guerra. Actualmente alberga el Museo Histórico de Budapest, la Galería Nacional, el Museo de Historia Contemporánea y la Biblioteca Nacional.
Al lado del Palacio hay un palacete que es la residencia del Presidente de la República. Frente a ella están procediendo al cambio de la guardia que no podemos ver bien porque el guía nos está explicando otras cosas.
En la plaza de Kolduskapu se encuentra la puerta medieval reconstruida del castillo. Esta era la entrada principal y se ve la estatua con el pájaro mitológico de los húngaros, el “turul” que sujeta una espada en sus garras. Al lado está la estación del funicular.
Deambulamos por las calles y llegamos a una plaza donde está la estatua de un conde en bronce pero que tiene los “huevos del caballo” dorados porque hay una tradición que dice que si te subes a la peana de la estatua y tocas los “cataplines” tienes el aprobado seguro.
En otra de las calles de la colina observamos que al reconstruir los edificios se encontraron con elementos góticos, como arcos y puertas que se han conservado y en algunos lugares todavía está el pavimento original de las calles que no era otra cosa que cuadrados de madera.
En una plaza hay aparcado un coche que es una reliquia de la época comunista, un Trabant. Está allí para ser fotografiado.
Llegamos a la plaza de la Iglesia de San Matías, que es el monumento más destacado y el más importante edificio religioso de la ciudad. Parece que desde tiempo inmemorial siempre ha existido un templo en este lugar pero a raíz de las diferentes invasiones y cambios de monarquía ha ido evolucionando desde un románico hasta el actual neogótico, llegando a ser con los turcos una mezquita. En 1867 fueron coronados los reyes Francisco José y Elisabeth. También ha sido testigo de bodas reales. El último rey que se coronó aquí fue Carlos I de Austria. La última foto de la emperatriz Elisabeth se tomó aquí y nunca más se dejó fotografiar.
Está coronada por dos torres. La más baja recibe el nombre de Bela IV. La más alta se añadió a la iglesia con el rey Matías Corvino en el siglo XV. Es de forma cuadrada en su base y octogonal en la parte superior midiendo 80 m. de altura.  Lo más destacable de su exterior es su cubierta de tejas esmaltadas de vivos colores.
Frente a la Iglesia, en la plaza hay una enorme columna en memoria de la epidemia de peste que sufrió la ciudad en 1691. En lo alto está la estatua de la Santísima Trinidad, rodeada en su base de santos. Tiene 14 m. de altura y se construyó en 1714.
Subimos al Bastión de los Pescadores que es un conjunto de torres y columnatas justo detrás de la Iglesia de San Matías en recuerdo del que levantaron unos pescadores en la Edad Media. El que ahora vemos está construido entre los años 1895 y 1902.
Entre ambos edificios se encuentra la estatua ecuestre de Esteban I el Santo. A su alrededor hay un montón de puestos de venta de souvenirs. Agustín no lo puede resistir y compra castañas asadas que nos reparte a todos.
Desde el Bastión hay una vista espléndida de Pest con el magnífico edificio del Parlamento enfrente. La pena es que hoy hay una niebla cerrada y no se ve demasiado bien.
Bajamos  de la colina por una escalera monumental  que en su parte baja cuenta con  la estatua del gran luchador contra los turcos Janos Humyadi, la entrada a la cripta y cementerio de San Matías y la copia de la estatua de san Jorge venciendo al dragón, cuyo original está en Praga.
Con el bus hacemos una panorámica de Pest, pasando por el Puente de las Cadenas, el más antiguo de los ocho y más famoso de Budapest. Se construyó entre 1839 y 1849. Después de su destrucción en la 2ª Guerra Mundial el puente se reconstruyó de forma original pudiendo volver a ser utilizado en 1949. Tiene 380 m de largo y las cadenas que le dan nombre están colgadas de dos arcos triunfales de 49 m de altura decorados por ambas partes con las armas de Hungría. Las cabeceras de ambos lados del puente están resguardadas por cuatro leones de piedra.
Recorremos la Avenida Andrassy que es la arteria principal de la ciudad. Está rodeada de grandes edificios como el Teatro de la Ópera, neo renacentista de 1884, embajadas, palacios, villas, museos, academias, tiendas de grandes marcas y cafés históricos. Los edificios son muy bonitos pero falta aun mucho por restaurar. Cuando luzcan limpios y relucientes dará gusto volver a ver todo el conjunto.
Es de destacar que mide unos 2,5 Km.de larga y que por su subsuelo circula la línea 1 del metro que tiene un recorrido de unos 4 Km. Las estaciones son muy bonitas revestidas de azulejos, los bancos son de época y de madera y las bocas de metro, pintadas de amarillo, son muy peculiares. Este metro es uno de los tres primeros electrificados que funcionaron en Europa. Se llama Foldalatti.
Llegamos a la Plaza de los Héroes. Es la que tiene mayores dimensiones de toda la ciudad. En el centro se encuentra el Monumento al Milenio, para conmemorar el milenio en 1886 de la conquista de las tribus magiares de este territorio. Está rodeado por dos columnatas  dispuestas en semicírculo. En la parte de arriba de la columna central de casi 40 m de altura se halla la estatua del Arcángel San Gabriel que sujeta la corona  de San Esteban y una cruz papal. Alrededor del zócalo se sitúan las estatuas de los líderes de las 7 tribus magiares, Árpad y seis compañeros más. Detrás de esta composición vemos entre arco y arco de las columnatas imágenes de personajes representativos y relevantes de la historia húngara. Delante del monumento está el mausoleo en mármol blanco que simboliza la memoria de los soldados muertos por la Patria.
A ambos lados de la monumental plaza se encuentran dos edificios de factura clásica que hoy son el Museo de Bellas Artes y la Galería de Arte.
Perpendicular a la Avenida Andrassy pasa otra gran avenida, la Dozsa Gyorgy donde han instalado una especie de escultura moderna que es la Rueda del Tiempo. Es un enorme reloj de arena circular de 8 m de altura que representa el tiempo que transcurre. Cada 31 de Diciembre se le da la vuelta al reloj en medio de una gran fiesta para volver a empezar.
Con el bus recorremos un parque que está detrás de la Plaza de los Héroes. Se trata del Parque Varosliget (parque municipal). En sus comienzos era un recinto de caza. Para conmemorar el Milenio de la entrada de las tribus magiares se celebró una exposición universal. Se construyeron en madera 108 réplicas de edificios emblemáticos de toda Hungría. Al acabar el evento los ciudadanos pidieron que se construyeran en piedra. Tres de ellos se construyeron de manera firme y uno de ellos, el Castillo de Vajdahundyad, ahora contiene un Museo de Agricultura. Es enorme el parque  y cuenta con una capilla, una enorme pista de hielo al aire libre que funciona casi todo el año rodeada por los pabellones de la Expo de 1896, un jardín botánico, un zoológico con palacetes art noveau en su interior, un circo permanente, un lago artificial y el Balneario Szechenyi.
En el bus vemos la entrada del Parlamento. Es un edificio muy llamativo, que se ve casi desde toda la ciudad. Se construyó entre los años 1884 y 1904 de traza neo-gótica. Tiene una fantástica fachada de 268 m. a lo largo de la orilla del Danubio en Pest que al  anochecer se ilumina y se refleja en sus aguas. De ancho mide 118 m. Posee 24 esbeltas torres y una enorme cúpula que alcanza casi los 100 m de altura. El interior es absolutamente impresionante con un laberinto de pasillos, escaleras y cientos de salas y habitaciones. Por las obras que lo decoran está considerado como una galería de arte húngaro. En la parte exterior del edificio se observan 90 estatuas de reyes, príncipes, generales y demás figuras de la historia húngara. La entrada principal está en la plaza de Kossuth Lajos, héroe de la Independencia Húngara, de enorme tamaño. En el centro hay un gran jardín embellecido por monumentos dedicados a personajes relevantes húngaros.
En un lateral de la plaza está el Ministerio de Agricultura, construcción ecléctica de 1895. El entorno del Parlamento se llama Barrio de la Administración pública ya que en él se encuentran las sedes de numerosos ministerios y organismos oficiales además del Museo Etnográfico de finales del siglo XIX.
Pasamos por delante de la Estación Nyugati. Es un edificio de innegable valor arquitectónico e histórico que hoy alberga una estación de ferrocarril. Se construyó entre 1874 y 1877 según el diseño del francés De Serres pero lo ejecutó la empresa de Eiffel, siendo la primera estación de la ciudad y donde estaba anteriormente la primera estación de ferrocarril  de Hungría en 1864 que unía la ciudad de Pest con la de Vac.
Con el bus llegamos al centro y antes de comer visitamos la Iglesia Basílica de San Esteban. Es la más grande de la capital. La consideran la catedral de Pest. Data su construcción entre 1851 y 1905 en estilo neo-renacentista. La altura de su cúpula es de 96 m, la misma altura que la del Parlamento. En su interior se guardan las reliquias de san Esteban, en concreto su mano derecha, en una arqueta de oro y cristal.
Vamos caminando hasta el restaurante Arany Barany, al lado de la embajada de Inglaterra.
Volvemos al bus y camino de los hoteles que vamos a visitar pasamos por el famoso Café New York Hungaria, dicen que el más bonito del mundo. Se fundó a finales del siglo XIX, siendo inaugurado en 1894 y desde el primer momento fue frecuentado por la flor y nata de la intelectualidad local. Se destruyó en la 2ª Guerra Mundial y volvió a mantener su estructura original recargada de bronces, espejos, dorados, arañas, columnas salomónicas y frescos en los techos.
Vistamos el Novotel Centrum que está en un sitio muy céntrico en un edificio precioso de más de un siglo de antigüedad, de corte clásico en su recepción y restaurante. Luego vistamos el Mercure Korona con Spa y que se encuentra en un sitio privilegiado, siendo su característica que a través de un pasadizo elevado, que es el bar, totalmente acristalado y que une dos edificios, cruza  una calle, y se ve el tráfico que pasa por debajo.
Nos vamos corriendo al hotel a ver la última carrera de la Fórmula 1, que al final Alonso no puede ser campeón por solo tres puntos.
Salimos a cenar a un restaurante a las afueras de Budapest. El chófer se pierde un poco y con el GPS de Vicente llegamos bien al final. El sitio se llama Bor Katacomba.
Es una casa rústica que en la entrada y a ambos lados hay toneles enormes abiertos con mesas en su interior y bancos cubiertos de pieles. Nos reciben con una copita de un licor  como de cerezas y nos aposentan en una mesa al pie de un escenario donde hay un grupo de músicos con violines y un címbalo interpretando piezas de música húngara. Mientras esperamos a que nos sirvan los aperitivos  o entre plato y plato, suben dos chicos y dos chicas varias veces al escenario, cambiándose de ropa cada vez, interpretando bailes populares húngaros.
Es un sitio turístico y hacen cosas para animar el cotarro como sacando una pipeta gigante de cristal llena de vino y haciéndonos beber a “gallet” a casi todos, luego sacan a Elías y le ponen un delantal y un gorro de cocinero y le van dando ingredientes que echa en una cazuela y remueve para hacer la salsa que acompaña a nuestro plato principal.
Después de la cena sacan a Marcin, a Amparo, a Luis, a y a Agustín para bailar en el escenario. La otra mesa que tenemos enfrente son griegos y los músicos empiezan a tocar música española, entre ellas un pasodoble que lo bailan Amparo y Luis. Luego interpretan los músicos un zorba y los griegos se animan. La chica es la que mejor lo hace.
Tras reírnos un buen rato volvemos al hotel a hacer las maletas, que el viaje se acaba.

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Lunes: 26 de Noviembre: Budapest - Madrid - Valencia

Desayunamos con calma y emprendemos el retorno a la normalidad. Nos dirigimos al Aeropuerto por unos caminos horribles. Nos despedimos del guía Marcin y  después de los trámites damos una vuelta por las tiendas del aeropuerto, gastándonos las últimas monedas.
En Roma tenemos un rato de espera y emprendemos la penúltima etapa.
Una vez en Madrid nos despedimos de Salmi, Elías, Conchita y Agustín. La maleta pequeña nuestra no aparece y tenemos que reclamar. Cogemos un taxi y nos vamos a la estación de Atocha. Lo primero que hacemos es comer un bocata, ya que en el avión casi no nos han dado nada para comer.
Amparo y yo damos una vuelta por un mercadillo que han instalado en el centro de la estación.
Luego nos subimos a las puertas del AVE y tomamos refrescos y algo calentito después.
Visitamos también las tiendas y el kiosko.
Es vergonzoso el lamentable estado de suciedad en que se encuentran los servicios de la estación.
Nos encontramos con Javier, el sobrino pequeño de Vicente.
Al final cogemos el AVE y llegamos a Valencia a las 11:00 horas. Estamos ya cansados de tanto trasiego. Con un taxi nos vamos los cuatro a casa, despidiéndonos antes de Jose Luis y de Vicente, el guía acompañante, que ha sido un encanto.
Hasta la próxima....

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