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Picos de Europa

Potes, Camaleño, San Pelayo, Valle de Liébana


Diario del viaje.

 

Viernes: 28 de Diciembre: Valencia - San Pelayo

Hacia las 10 de la mañana emprendemos el viaje junto con Max hacia los Picos de Europa.
Paramos en La Sima a almorzar y a que Max corra un poco.
Pasado el Puerto de Somosierra llega la hora de comer y nos detenemos para descansar y coger fuerzas.
El último tramo del viaje desde Cervera del Pisuerga, de unos 60 km., se nos hace eterno por el pésimo estado del firme y la sucesión de curvas en una carretera que está en obras, lo que hace que aun sea más estrecha y peligrosa. Paramos al principio del Puerto de Piedras Luengas en un mirador para estirar las piernas y a que corra un poco.
Sobre las 8 llegamos a la Posada de San Pelayo en Camaleño, a pocos kilómetros de Potes. Aunque ya está anocheciendo se ve que es un sitio precioso con una casona muy confortable y magníficamente decorada.
Descansamos un poco, deshacemos las maletas y los dueños, Lourdes y Aquilino nos recomiendan cenar en la Pensión Peñas Arriba de Lon , a 1,5 km. ya que ellos no tienen restaurante. Antes nos tomamos un refresco en el salón de la chimenea que es muy cómodo.
Nos sorprende la calidad del restaurante. La cocina es buena, con un inmejorable género y bien presentados los platos. El cocinero ha trabajado 29 años como ayudante en las cocinas de los Paradores de Aiguablava y Fuente Dé.
Nos hemos dejado a Max en la habitación, se ha puesto nervioso por el viaje y lo  extraña  todo al escuchar sonidos desconocidos. Se ha puesto a ladrar y llorar. Nos llaman y bajamos enseguida y ya se queda  tranquilo.
Sacamos a pasear a Max por los jardines  y se encuentra con los dos perros golden de la casa, el más viejo Pongo de 11 años, muy tranquilo y Tana, la hembra que es más territorial.
Tras charlar un rato con otros huéspedes nos vamos a dormir.

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Sabado: 29 de Diciembre:

Temprano me levanto para pasear a Max. De día se divisan los Picos nevados que rodean el valle donde se encuentra la Posada y  lo único que se escucha es el sonido del agua del rio que pasa a los pies del terreno.
El jardín está muy cuidado y lo que llama la atención es que por todos lados hay bonsáis que ha creado trabajosamente Aquilino desde hace más de 20 años. Se va al monte a recoger pimpollos de abetos, robles, cerezos, acebos, etc. y con toda la paciencia del mundo los ha ido podando y cuidando con esmero.
Además por todos lados se ve la mano delicada en la decoración tanto dentro como fuera de la casa de Lourdes.
En la habitación Max devuelve un poco. Nos acercamos después del desayuno a Potes a dar una vuelta y entramos en la ferretería más antigua de Potes donde encontramos un collar “fosfi” que andábamos buscando para Max. Lo curioso es que está fabricado en la Pobla del Duc, en Valencia. Tomamos un refresco y Max devuelve otra vez.
Nos recomiendan subir a Pendes a visitar la quesería Las Brañas de Liébana. Allí nos explican el proceso de elaboración de los distintos tipos de quesos. Probamos los que allí fabrican y compramos alguno de ellos. Viene el dueño y nos acompaña a visitar el castañar milenario de Habario que hay más arriba de la montaña. Son árboles enroscados y preciosos, desde allí se pueden ver todos los valles que rodean la zona.
Nos dirigimos hacia Fuente Dé pero llegando a Espinama  Max nos devuelve de nuevo.
Empezamos a preocuparnos porque además no quiere comer y bebe poco.
Antes de comer subimos hasta Mogrovejo, un pueblo muy bonito en la montaña.
Comemos en Los Llanos cocido lebaniego que está muy rico y sustancioso, con los garbanzos típicos tan pequeños y sin piel, lo que los hace menos flatulentos, mezclados con la berza, el tocino, la cecina, la costilla adobada y el chorizo.
Volvemos a la Posada a descansar. A la tarde, después del paseo de Max, nos tomamos un refresco en el salón y ocupamos el rato leyendo y escuchando música. Hay un grupo de tres señoras y un señor de Lisboa, que son muy agradables y educados. Les encantan los perros y siempre le hacen muchas fiestas a Max.
Nos bajamos a cenar a Cosgaya, al restaurante el Urogallo. Estamos solos. Tomamos unos quesos que están ricos, pero el solomillo no está ni bien hecho ni bueno, como estamos acostumbrados a comer por estas tierras. Volvemos a la Posada y Max devuelve de nuevo.

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Domingo: 30 de Diciembre:

Max está fatal. Devuelve dos veces esta mañana y sigue sin querer comer. Nos dicen que en la farmacia de Cosgaya hay un veterinario. Dejamos atado en el jardín a Max y nos vamos a Cosgaya.  Al llegar allí vemos que está cerrada la farmacia y no nos contestan al llamar al timbre. Nos vamos a Potes a buscar un veterinario. La clínica está cerrada por vacaciones hasta la semana siguiente. Entonces llamamos a Antonio, el veterinario de Valencia de Max y nos dice que le pinchemos Primperan dos veces al día y que si quiere comer algo que sea york y yogures bio. A pesar de que es domingo encontramos una farmacia cercana de guardia, donde son muy amables y enfrente por suerte un súper abierto.
Al llegar a la Posada pinchamos de inmediato a Max. Hoy toca relax para que no se mueva mucho el perro. A mediodía se queda atadito en el jardín, vigilado por los dueños y nos vamos a comer a Los Molinos sopa de cocido y chuletitas a la brasa.
A la tarde Vicente se sube a dormir la siesta con Max y yo me quedo leyendo en el salón un libro de Murakami de la librería que hay a nuestra disposición.
Hoy ya no salimos a cenar. Estamos muy llenos y cenamos ligero en la habitación.

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Lunes: 31 de Diciembre:

Salimos a pasear temprano Max y yo y parece que está mejor. Ya tiene hambre y se mueve más ligero y alegre.
Volvemos a llamar al veterinario y nos dice que a partir de mañana le demos Primperan en gotas. Nos vamos a Potes a la farmacia y como hay mercadillo nos quedamos a ver los productos típicos de la zona. No podemos evitar el comprar los buenísimos garbanzos, quesos, cecina, salchichón y chorizo para degustarlos después en Valencia.
Antes nos hemos acercado al Centro de Visitantes de Sotama, para ver la exposición que tienen montada sobre los Picos de Europa pero estaba cerrado hasta finales de Enero.
Como Max sigue a dieta le compramos york, yogures y queso blanco para comer.
Descansamos un rato tomando un refresco.
Paseamos por Potes y nos quedamos a comer en uno de los restaurantes que están abiertos sobre el rio, el Rubio. Hoy no hay que abusar y comemos ligero, que a la noche viene la cena “gorda”.
Después de comer emprendemos el camino por la Vega de Liébana hasta llegar al Mirador del Corzo, camino del Puerto de San Glorio. Paramos y baja Vicente con Max. Hace un viento fortísimo y helado. Se queda tieso por el paseo.
Volvemos al coche y nos vamos bajando hasta Enterrías donde se encuentra la Casa de las Doñas.
Es un pueblo precioso y pequeño que parece deshabitado. En invierno solo viven 20 personas .
Esta mañana hemos concretado la visita guiada al complejo para las 4 de la tarde.
Está chispeando y entramos al recinto. Nos recibe Paco y entramos directamente a la cocina donde ya ha encendido el fuego para calentar el ambiente.
Lo que vamos a visitar es la labor de un grupo de personas, que en sus ratos libres se han dedicado a conservar el patrimonio etnológico del pueblo, centrándose en esta casa, que recibe este nombre porque en los últimos años y generaciones siempre ha estado habitada por mujeres pudientes que eran llamadas “doña tal o doña cual”.
Han rehabilitado el edificio, han clasificado muchísimas piezas de todo tipo: menaje, enseres, matanza, mobiliario, ropas, aperos de oficios, papeles, maquinaria, etc. consiguiendo con todo ello una recreación de la vida que discurría en la casa con sus habitantes fijos y trabajadores.
Es de destacar que en tan poco tiempo como llevan, alrededor de 1 año y medio, han conseguido mucho. Aun les queda una labor ingente a realizar pero con el tiempo será un orgullo para ellos, para el pueblo y para Cantabria.
Todo nos llama la atención y Paco nos lo explica estupendamente. Muchas cosas las conocíamos pero otras muchas eran desconocidas para nosotros, como la trébede de la cocina  que era una plataforma donde se instalaba la mesa y las sillas, donde se situaban  los niños y los ancianos, bajo la cual se encendía la llar con un sistema perfecto para evacuar los humos o la diferenciación de las sillas para hombres y mujeres. Las de hombre no llevaban soporte para los pies para que no se les engancharan las botas y eran lisas siendo algo más pequeño el asiento. Las de mujer eran más amplias por el tema de los vestidos ampulosos y llevaban una acanaladura en la parte superior del respaldo para que nada más tocarlas supieran cual era su sitio en la mesa.
La visita es exhaustiva y nos explica Paco la labor que ya han hecho y lo que les queda aún por hacer. Nos ha encantado visitar esta Casa de las Dueñas. La recomendamos encarecidamente a quienes visitéis la zona.
Descansamos en la Posada escuchando música y leyendo.
Nos arreglamos un poco y nos subimos al restaurante Peñas Arriba donde se celebra la cena de Fin de Año.
El menú es muy bueno. De entrada bombones de foie con frutos secos, cebolla caramelizada y confitura de tomate sobre pan de pasas, aguacate relleno de langostinos, espárragos envueltos en jamón, rebozados y al horno con salsa de tomate y queso. Después merluza rellena de langostinos sobre salsa de marisco, sorbete de mojito y para terminar magret de pato sobre patatas panadera.
Para desengrasar el postre es ligero, bolitas de melón y mango con su jugo y limón rallado. Cuando se acerca la hora de las campanadas nos bajamos a la Posada para tomarnos las uvas con los huéspedes frente a la chimenea. Es una noche muy agradable en un ambiente relajado. Charlamos mucho rato y ya tarde nos retiramos a dormir.

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Martes: 1 de Enero:

Para iniciar el año hacemos el vago y descansamos.
Subimos a Fuente Dé, recreándonos viendo el paisaje que está sumido entre brumas y con los picos nevados. Damos un paseo por la zona.
Nos bajamos a Santo Toribio de Liébana y no podemos entrar porque ya lo han cerrado. Pero el claustro está abierto y lo rodeamos.  Nos encontramos con una familia que laseñora es valenciana y ha veraneado toda su juventud en Javea.
Luego nos bajamos a Mieses y comemos en la Parrilla Asador Santo Toribio. Nos sirven una cecina buenísima y unas anchoas con pimientos asados y queso que no tienen nada que envidiar a cualquier restaurante de fama. Para terminar, un chuletón y un solomillo con patatas fritas “ de verdad”. La carne es extraordinaria de tierna y de bien hecha.
Para afrontar mañana el largo viaje nos vamos a descansar.
Después preparo las maletas y bajamos a tomar un refresco.
Como estamos llenos de la comida decidimos picar algo en la habitación.

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Miercoles: 2 de Enero: San Pelayo – Valencia

Tras el paseo con Max, desayunamos y nos despedimos de los amigos portugueses que se vuelven a nuestra querida Lisboa.
Nosotros salimos sobre las 10 y salimos de la zona por el Desfiladero de la Hermida, que tiene un bonito paisaje. Está todo el camino lloviendo, variando en intensidad de vez en cuando.
Paramos en Atalaya de la Vega a descansar y tomar algo. Compramos un pan recién hecho a leña que huele que alimenta.
En Aranda de Duero nos detenemos a comer corderito al horno, por supuesto, y seguimos camino.
Pasado Madrid paramos a merendar y ya llegamos sobre las 7.30 a Valencia.
Estamos cansados pero ha sido un viaje fantástico por el lugar, la tranquilidad, el buen comer, lo nuevo que hemos conocido y las personas con quienes nos hemos relacionado.
Hasta pronto.....

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